Ja! Ilusa de mi, cuando al principio del embarazo me preguntaban si le tenía miedo al parto decía que para nada, con lo que yo no contaba es con que todavía faltaban muchísimas semanas y no le daba importancia, estaba más centrada en los menesteres de las primeras semanas ( ecografías, nauseas, resultados test…). Pero el parto se acerca, y con ello una nueva percepción, un miedo que acecha, una mini-obsesión, un miedo latente a lo que será, ¿Me daré cuenta que estoy de parto? ¿Me dolerá mucho? ¿ Será muy largo? ¿Vaginal o cesárea? ¿Se complicará? ¿Cuándo será el día?
Y la gran pregunta y la más importante ¿Saldrá mi niña bien sin sufrimiento? Deseo que llegue ese momento en que oigo su llanto, me la ponen encima y me dicen que todo está bien, es sólo pensarlo y me emociono…de hecho a veces veo videos en youtube de ese momentazo, aunque también soy un poco masoca y veo videos de partos, naturales, en hospital, cesareas, vaginales…. Locura máxima! Cuando algo me interesa, obsesiona o preocupa soy muy curiosa y estudiada, hasta que no tengo el tema súper estudiado, desmenuzado y analizado no lo dejo, y eso es lo que me ocurre ahora con los partos.
Nunca imaginé el final del embarazo así, de repente estoy deseosa de parir, llega un momento que se hace inaguantable, tanto por el ansía de conocer a la niña como por las incomodidades que empiezan a acechar, de estar bastante bien he pasado a no encontrar postura ni de día ni de noche, sólo estoy cómoda acostada de lado o caminando, ni sentada ni de pie estática ni tumbada boca arriba puedo estar más de 5 minutos, luego los pinchazos continuos y la presión ahí abajo, el estreñimiento que se alterna con diarreas, el calor, los pies hinchados, el caminar torpe y lento de pato, el cansancio extremo, el humor raro, el ponerme a llorar de repente, el miedo e ilusión a partes
iguales…
SINTOMAS DE QUE EL PARTO SE ACERCA
EL ABDOMEN DESCIENDE
El abdomen desciende al descender el bebé porque se va a ir encajando en la pelvis y aumenta la sensación de peso en el bajo vientre.
En las primerizas esto sucede 2 a 4 semanas antes del parto pero puede suceder incluso antes. En las mujeres que ya han tenido más hijos, el bebé puede no descender sino hasta el momento del parto.
Generalmente la cabeza del bebé es la primera parte que entra en la pelvis (se encaja). Esto hará que respires mejor, que las digestiones no las notes tan pesadas y disminuirá la acidez estomacal (agruras), sin embargo, ahora el útero va a presionar la vejiga y tendrás necesidad de orinar más frecuentemente y con menos cantidad.
MOLESTIAS FÍSICAS
Recarga de energía: Conforme se acerca el parto es común que te sientas cansada pero con algunos destellos de energía. Algunas mujeres tienen una necesidad enorme de limpiar su casa y preparar todo para la llegada del bebé. A esto se le conoce como el “instinto de la preparación del nido”.
Irritabilidad: Es una diferente a la normal. La sensibilidad que aparece poco antes del parto se debe a los nuevos cambios hormonales por los que tu cuerpo está pasando en preparación para el nacimiento del bebé.
Diarrea y náuseas: Nuevas hormonas se están movilizando en tu organismo para permitir que el trabajo de parto comience. Estos nuevos cambios afectan tu estómago o intestino.
Dolor de espalda: No es el dolor de espalda habitual de los últimos meses del embarazo, sino una molestia que corre en una banda en la parte baja de la espalda y se extiende hacia los lados del vientre. Puede ser una sensación de la que casi no te des cuenta hasta un dolor que moleste bastante.
Dolor abdominal: Son molestias parecidas a las de la menstruación. Puedes sentirlas como una sensación ligera o desagradable permanente.
CONTRACCIONES DE PREPARACIÓN (BRAXTON HICKS)
Durante el segundo y tercer trimestre, puedes haber notado episodios en los que tu abdomen se contrae y se siente firme cuando lo tocas y después se relaja. Estos son episodios de contracción o endurecimiento de los músculos del útero llamadas “contracciones de Braxton Hicks”. Este tipo de contracciones son irregulares y pueden ser imperceptibles o pueden ser lo suficientemente fuertes como para hacer que te detengas en lo que estás haciendo
Considéralas como “ejercicios de calentamiento” del útero. Las contracciones de Braxton Hicks pueden presentarse desde la semana 20 del embarazo aunque generalmente se inician en la semana 28 a 30 y no son muy frecuentes en esa época, sin embargo ya en el noveno mes, a veces se presentan cada 10 a 20 minutos.
¿Cómo distinguirlas de las del parto? Estas contracciones no son regulares, es decir, ahora llega una, la otra a los 20 minutos y otra a los 40 minutos y sigues así todo el día pero quizás al día siguiente no tienes ninguna.
Son molestas pero realmente no aumentan en intensidad de dolor o puede que una duela y la otra casi no.
Al cambiar de posición o al reposar, se paran.
Aunque no son las contracciones que indican que el parto ha comenzado, actúan iniciando los cambios del cuello del útero haciendo que se vaya ablandando y adelgazando para facilitar la dilatación en el momento del parto. Si tienes dudas, consulta a tu médico.
El cuello del útero empieza a adelgazarse y a abrirse: conforme se acerca el momento de la labor de parto, el cuello del útero empieza a adelgazarse o a (“borrarse”) y a abrirse (dilatarse) para preparar el paso del bebé a través del canal vaginal. El tiempo para que esto se realice varía de una a otra mujer. En algunas es un proceso lento que puede tomar semanas. Una primeriza generalmente no se dilatará sino hasta que de comienzo a la labor de parto activa.
Borramiento del cuello: conforme va bajando la cabeza del bebé, empuja el cuello del útero y eso es lo que provoca que se relaje y se borre.
Dilatación: cuando el cuello uterino empieza a borrarse, al mismo tiempo empieza a dilatarse. El grado de dilatación se mide en centímetros y va de 0 (cuello cerrado) a 10 (cuello totalmente dilatado.
EXPULSIÓN DEL TAPÓN MUCOSO
El tapón mucoso es una sustancia transparente, viscosa y espesa que se ha formado durante el embarazo y que sella el cuello del útero aislándolo del exterior. Su función es proteger al bebé de las agresiones e infecciones procedentes de la vagina. Cuando el cuello del útero se modifica con las primeras contracciones, el tapón mucoso se expulsa.
Esto no produce ningún dolor, simplemente sale de la vagina una sustancia densa, rosada o sanguinolenta. Este color se debe a que cuando se dan los cambios del cuello del útero, se rompen pequeños capilares que van a darle esa tonalidad que es totalmente normal. No tienes que ir al hospital si te pasa, es parte del proceso e indica que tu cuerpo ya se está preparando para el parto.
La pérdida del tapón mucoso puede producirse desde varios días a pocas horas antes del parto.
RUPTURA DE LA “BOLSA DE AGUA”.
La ruptura de membranas es uno de los signos más conocidos de que la labor de parto se acerca. La bolsa (o membranas) puede romperse por sí sola o el médico puede romperla para acelerar el proceso de parto.
Cuando se rompe la bolsa, sale a través de la vagina un líquido claro y abundante que la mujer no puede contener. En algunas ocasiones sale de a poco porque la cabeza del bebé sirve de tapón, pero su principal característica para distinguirlo es que NO se puede evitar su salida. Cuando esto sucede, el parto sí es inminente y hay que irse a la clínica ya que el bebé puede entrar en contacto con infecciones.
Algunas veces cuesta trabajo distinguir si la bolsa ya se rompió ya que como el útero está presionando la vejiga y si hay una contracción de Braxton Hicks o estornudas, puede haber salida de orina y creer que ya se te rompió la bolsa. Recuerda, la diferencia es que, si es líquido amniótico, no puedes contener su salida.
Si estás acostada cuando se rompe la membrana, la salida del líquido va a ser en chorro, pero si sucede cuando estás parada, es más probable que sea en escurrimiento porque la cabeza del bebé empuja hacia abajo y actúa como tapón.
Si crees que tus membranas ya se rompieron, entonces:
Llama a tu médico. El querrá evaluarte inmediatamente.
Evita que se meta algo dentro de tu vagina. No tengas relaciones sexuales ni te des lavados. No tomes un baño de tina
El líquido amniótico generalmente es de un color blanco opaco. Avisa a tu médico si el color es:
De color verdoso u oscuro, puede haber meconio (es un signo de sufrimiento fetal)
De olor desagradable, puede ser signo de una infección en el útero.
Sanguinolento. Es normal un poco de manchado de sangre, pero si hay sangre abundante puede ser signo de problemas con la placenta.
TUS ARTICULACIONES SE SIENTEN INESTABLES
A través de todo el embarazo, la hormona “Relaxina” ha suavizado tus ligamentos (la relaxina es la culpable también de tus “ataques” de torpeza en este último trimestre). Antes de que entres en labor de parto, es probable que notes que todo tu cuerpo está como “suelto”. No te preocupes, esta es la forma que tiene la naturaleza de abrir tu pelvis para que el bebé pueda llegar al mundo.
DEJAS DE GANAR PESO
El peso tiende a nivelarse al final del embarazo. Algunas mamás hasta llegan a perder peso. No te preocupes, esto no afecta a tu bebé. El sigue engordando hasta el último día. Pero tu pérdida se debe a los menores niveles de líquido amniótico, a que vas más veces al baño y a una actividad incrementada.